El miedo de la gente y el miedo de las élites
Javier Echeverría
El otro día oía en una tertulia que hablaban de lo extendido que está el miedo en el momento actual. Alguien decía que el miedo estaba cambiando de bando y otro le contestaba que eso no era bueno, que nadie debería tener miedo. Me hizo reflexionar. ¿Es eso posible? ¿El miedo puede desaparecer de la vida de la gente? ¿Por qué y de qué tienen miedo ahora las élites financieras, económicas, mediáticas y políticas? ¿Es el mismo miedo que siente la gente de manera habitual? Sólo unas pocas ideas a título de reflexión inicial.
El miedo de la inmensa mayoría de la gente siempre tiene que ver con cosas fundamentales para poder vivir dignamente: miedo a no tener trabajo, a que no te despidan, a que el sueldo te llegue a fin de mes, a tener una vivienda, a que no te desahucien, a que tus hijos e hijas puedan estudiar desde pequeños en igualdad de condiciones que el resto y a que puedan tener un proyecto de vida digna, a tener libertades sin la amenaza de la represión y la cárcel, a tener recursos para cuidar a las personas dependientes… en definitiva, a tener todos los derechos necesarios para poder vivir con dignidad. Hay otras personas que tienen miedos aún mucho más básicos, como pueden ser los refugiados que necesitan huir de las guerras que instigamos o alentamos desde occidente en sus países para poder sobrevivir; o los inmigrantes en general, que necesitan huir para escapar de la situación de hambre y miseria que pasan en sus países por la desigualdad que los países ricos hemos generado en el mundo. El miedo de la gente de abajo siempre tiene que ver con la subsistencia, con la posibilidad de tener un mínimo proyecto de vida, con la necesidad de la libertad… ¡con el deseo de dignidad!
El miedo de los de arriba es muy diferente. Ahora tienen miedo aquí los poderes financieros, económicos, mediáticos y políticos, porque ven peligrar que quizás ya no puedan seguir explotando, saqueando, reprimiendo, reduciendo derechos… en la medida que lo han hecho hasta ahora. El miedo que tienen es a que su poder se vea reducido, a que la correlación de fuerzas para dominar el país y para enriquecerse a costa de la gran mayoría de la gente sea más desfavorable que hasta ahora, y a que la gente sea capaz de plantarse y defender su derecho a vivir humana y dignamente. Su miedo es precisamente a que el miedo de la gente disminuya y su dominación sea mucho más difícil.
Esos dos tipos de miedo son muy diferentes. El de la gente es un miedo a perder derechos humanos y libertades. El de las élites es el miedo a perder privilegios y su capacidad de dominar, explotar y saquear recursos y derechos de la inmensa mayoría de la gente. El miedo de la gente es a no poder vivir. El de las élites, a no poder “matar” los anhelos y la satisfacción de las necesidades de la gente. El miedo que quieren implantar las élites es para poner cadenas con el fin de que la gente no pueda pensar, no se pueda mover, no se pueda unir y cooperar con los demás y no pueda vivir libre y dignamente. El miedo que la gente les da a las élites es el miedo a que seamos libre, tengamos medios para vivir con dignidad, seamos solidarias…
El miedo de la gente es el miedo a no poder vivir libre y dignamente; el miedo de las élites es el miedo a la libertad y dignidad de la gente. ¡Dos miedos muy diferentes! Nosotras no queremos que las élites tengan el tipo de miedo que tenemos nosotros, pero tampoco queremos tener el tipo de miedo que las élites quieran que tengamos. Así que, sobre esta base, no está nada mal que las élites tengan mucho miedo a seguir profundizando la desigualdad y la pobreza, a seguir explotando sin ningún tipo de límite ni escrúpulo, a implantar fronteras inhumanas rodeadas de cuchillas, a seguir confinando a seres humanos en campos de concentración, a seguir quitándonos la libertad y los derechos, a impedir que participemos en las instituciones y el gobierno… ¡A todo esto, yo sí quiero que las élites financieras, económicas, políticas y mediáticas tengan mucho miedo!
Publicado en Pamplonauta
0 Comments